viernes, 27 de abril de 2012

Escenas de Bondi: "El tortubondi"

Y de pronto me encuentro saliendo de mi lugar de estudio, o del trabajo o volviendo de la casa de un amigo/a
Lo que sea, pero es de noche, tarde y estoy con el estómago vacío.  El sanguchito del mediodía es un recuerdo ya tan lejano...

Me subo al colectivo , saco boleto, tengo para elegir el asiento que prefiera. Me pongo los auriculares y comienza mi regreso.

Arranca el bondi. Y con él, también la visualización del plato que me espera en casa. Me relajo y me dejo llevar por la imaginación: llegando, comiendo, la duchita, la cama, la gloria!!!

Pero, qué sorpresa! El colectivo no avanza según la velocidad normal que se espera... no... algo pasa, capaz que el semáforo de adelante está en rojo, entonces para qué va a acelerar... Estiro el cuellito, y para mi asombro, la luz está en verde.

Y pasan las cuadras, y el colectivo sigue despacito su marcha... Y no quiero pensar lo peor, no, yo sigo aferrándome a la idea, al anhelo de atravesar la puerta de mi hogar, no quiero soltar ese pensamiento de que en cualquier momento, ya, estoy llegando.

Continúa el viaje, pleno Cabildo y una manada de loquitos en rollers nos pasan. 
Y no es que nos pasan en un semáforo... nos pasan por al lado, mientras el colectivo está andando... unos cuatro o cinco vagos con los pies enruedados... y lo más lindo, es que jamás los alcanzamos!!!

Y es ahí, en ese preciso instante, que toda esa ilusión magnífica que me mantenía viva a esa hora, esa esperanza de llegar temprano, desaparece con esta realidad abrumadora:

EL MALDITO BONDI ESTÁ ADELANTADO. 

Primer impulso: Tirarle un cascote en la cabeza al colectivero y pisarle el pie en el acelerador.

Realidad: Auriculares en oídos, música tranqui, siesta. Espero no pasarme.


.LA BONDIVENGADORA.


miércoles, 4 de abril de 2012

Escenas de bondi: cuando justo te tocó el asiento que viene con gotera...

Víspera de feriado, todo el mundo apurado, el tráfico imposible -como siempre- pero tuve la suerte de no esperar el colectivo más de 5 minutos.  Y además, la felicidad suprema de conseguir asiento. Y el individual.  Y el que está justo encima de la rueda, para apoyar las patitas...

En el momento exacto que arranca el bondi, cae la primera gota en mi brazo apoyado en la ventanilla. 

La verdad: nunca mejor suerte.

Y se van largando las gotas, no llueve todavía muy fuerte, tampoco de mi lado, por lo que una hermosa brisa se puede seguir colando por la ventana abierta... 

Se va haciendo más copiosa, varias ventanillas empiezan a cerrarse con apuro y yo todavía me hago la canchera; disfrutando de las pequeñas gotitas que me acarician la palma de la mano abierta hacia el cielo.

Cruzando Puente Saavedra, ya la lluvia es tormenta y no me queda otra que cerrar porque el agua chorrea por todos lados.

Por ahora vamos bien. Una lluvia de puta madre, pero estamos a salvo arriba del colectivo.

Hasta que, en el punto exacto sobre mi cabeza, un tornillito choto, suelto, deja pasar unas gotitas; logrando que cada vez que el colectivo frena, se conviertan en pequeño chorrito de agua que me empapa el hombro...

Y bueno... afuera vuelan ramas de árboles....la cosa está peor no? Qué es un hombro mojado cuando en un futuro más que cercano y seguro va a ser todo el resto del cuerpo???

-LA BONDIVENGADORA.